miércoles, 16 de junio de 2021

Un cuenco de Teruel con el número 17

Fig. 1. Cuenco de Teruel. Siglo XIX.
7 x 18 cm. (Fuente: JD.)

Hace años compré el pequeño cuenco de la fig. 1 porque me intrigó el número "17" pintado en el fondo. ¿Qué significa?

Estos cuencos y platos acuencados de Teruel fueron extremadamente populares en todo el siglo XIX y se obraron en gran cantidad hasta bien entrado el siglo XX, incluso hasta los años 30. Es fácil distinguir los obrados en el siglo XX pues su decoración es ya muy descuidada, apenas unos garabatos (Álvaro Zamora, 2002: III, 275-76).

Fig. 2. Platos acuencados de Teruel, serie verde-morada.
Siglo XIX. (Fuente: JD.)

En la fig. 2 muestro algunos cuencos de la misma serie verde-morada, todos del siglo XIX. Los cuencos llevan un baño estannífero en el anverso, mientras que el reverso está sin esmaltar. La decoración a pincel del anverso, en verde y morado, típica de Teruel, consiste en una orla de grandes ondas verdes tumbadas, rellenadas con líneas moradas oblicuas, y en el centro un motivo muy sencillo y fácilmente reconocible por los compradores de estos cuencos: un pez, un sol, un rostro, una flor, un pájaro, un corazón... Pero ¿y el número 17? ¿Por qué el número 17? ¿Qué significa?

Consulté con distintos expertos y la respuesta fue uniforme: ni idea. También consulté con Agustín y Domingo Punter, de Teruel, los cuales a su vez consultaron con su padre, Domingo Punter Loscos, que en su juventud formó parte del equipo de restauradores de cerámica del
Museo Provincial de Teruel, y me respondieron muy amablemente (desde aquí mi agradecimiento), pero la respuesta fue la misma: ni idea.

Fig. 3a y b. Cuencos de Teruel con el número 17. Arriba: aprox. 30 cm de diámetro.
Museu Ferran Segarra, Miravet (Tarragona). Abajo: 11 x 30 cm.
Subastas Segre (Madrid), 18 septiembre 2019 (lote 751).


Fig. 3c. Cuenco de Teruel. 30 cm de diámetro.
Antiguitats Sant Jordi (Artesa de Segre, Lérida).

El misterio del número 17 ascendió a la categoría de misterio abrumador cuando descubrí otros tres cuencos de Teruel con el número 17 (fig. 3a, b y c). El primer cuenco se halla en el magnífico Museu Ferran Segarra, en Miravet (Tarragona), el segundo cuenco fue subastado en septiembre de 2019 por Subastas Segre (Madrid), y el tercero fue puesto a la venta por Antiguitats Sant Jordi (Artesa de Segre).

Para mayor intriga, los cuatro cuencos parecen realizados en distintas épocas. La decoración del cuenco de la fig. 1 es muy esmerada, incluso con el número 17 finamente perfilado en morado. Por el contrario, la decoración del cuenco 3a es más tosca, y todavía mucho más tosca es la decoración y el dibujo del número 17 del cuenco 3b. Desde luego, los cuencos 3a-b son posteriores al de la fig. 1.

Por de pronto, cuatro cuencos de Teruel con el mismo número, y posiblemente de épocas distintas, descartan la hipótesis de que los cuencos pertenecieran a algún hospital o convento donde a veces los platos y escudillas se numeraban para que cada cual dispusiera del suyo...

Como no deseo que al lector de este post le ardan los sesos intentando averiguar la solución de este portentoso misterio, señalo a continuación una posible resolución del enigma. 


Después de darle muchas vueltas, y descartar que el número 17 aluda a la fecha de 1817, en que pudo ser obrado el cuenco más antiguo de la serie, finalmente creo haber dado con una explicación plausible: el número 17 alude a la fecha de 17 de julio, festividad de las santas Justa y Rufina, patronas de los alfareros.

Según la tradición, las hermanas Justa y Rufina, oriundas de Sevilla y alfareras en el arrabal de Triana, fueron martirizadas hasta la muerte (Justa el 17 de julio del año 287 y Rufina dos días después, el 19) por negarse a abjurar de su fe cristiana. La iconografía suele representarlas con las palmas del martirio, los cacharros de su oficio, y al fondo la torre de la Giralda de Sevilla, que quedó en pie tras el terremoto de 1504 por la intervención milagrosa de las santas. En la Sevilla natal de las santas su festividad se celebra el día 17 de julio, siguiendo la tradición medieval, y en otros lugares de España el 19.

Santas Justa y Rufina (h. 1666), por Murillo.
Museo de Bellas Artes de Sevilla.


Cuando en 1589 se fundó el gremio de los olleros en Triana, las santas Justa y Rufina fueron elegidas patronas del gremio, patronazgo que posteriormente se extendió a otros lugares de la península. Por lo que respecta a Aragón, la advocación de los alfareros a las santas se documenta a finales del siglo XVII:

En Huesca, por su parte, se han conservado desde fines del siglo XVII diferentes noticias acerca de las fiestas que sus alfareros dedicaban a sus patronas, las santas Justa y Rufina, las cuales se celebraban el día 17 de julio en la iglesia parroquial de San Martín (hoy Santo Domingo) (Álvaro Zamora, 2002: I, 150).

En Muel y Villafeliche (Zaragoza), aunque los gremios de alfareros establecieron como su patrón a san Hipólito, instituyeron también entre sus agremiados la celebración de la festividad de las santas Justa y Rufina. Según las ordenanzas del gremio de alfareros de Muel (1736):

Ordinación sexta. Sobre la festibidad de Santa Justa y Rufina. Íttem estatuimos y mandamos y ordenamos, que de aquí en adelante, y durante la mera voluntad de nuestro Gremio, se haian de hacer y celebrar en cada un año, debiendo practicar lo mismo que se practica en la de nuestro santo patrón Ypólito (Álvaro Zamora, 2002: I, 237).

En la iglesia de San Cristóbal de Muel hay una capilla con un retablo barroco dedicado a san Hipólito, de finales del siglo XVII, y en donde aparecen también las santas Justa y Rufina en el cuerpo superior del retablo. Más relevante aún es el notable frontal de azulejos del altar, dedicado a las santas, de mediados del siglo XVIII.

Por lo que se refiere a Teruel, el gremio de alfareros quedó bajo el patronazgo de las santas Justa y Rufina, cuya festividad se celebraba el 17 de julio, según las ordenanzas del gremio de finales del siglo XVII:

1.º Estatuimos y ordenamos: Que en la iglesia parroquial y patrimonial del Señor San Martín de dicha ciudad, las vísperas de las gloriosas Santas [Justa y Rufina] y Patronas de dicho oficio se digan y celebren con la solemnidad que pareciere a los oficiales de dicho oficio. Y en el día de dichas Santas que en cada un año es y se celebra a 17 días del mes de julio, una misa cantada con su diácono y subdiácono. Con esto empero, que a dichas vísperas y misa hayan de asistir y asistan todos los cofrades y maestros examinados de dicho oficio (Almagro Basch y Llubiá Munné, 1962: 108; reproducido en Álvaro Zamora, 2002: I, 244).

La presencia de las santas Justa y Rufina en Aragón se remonta por lo menos a mediados del siglo XV, cuando fue puesta bajo su advocación una de las capillas de la catedral del Salvador de Zaragoza. Por lo demás, entre la iconografía de las santas en Aragón, destaca el impresionante retablo del altar mayor de la iglesia de las Santas Justa y Rufina, en Maluenda (Zaragoza), de 1475, obra de Juan Rius y Domingo Ram (Rincón García, 2012).

Queda pues esclarecido el enigma: el número 17 de los platos de Teruel alude presumiblemente al 17 de julio, festividad de las santas Justa y Rufina, patronas de los alfareros, y en concreto en Teruel patronas del importante gremio de alfareros de la ciudad desde finales del siglo XVII.

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