sábado, 19 de junio de 2021

El cántaro de Alhama de Aragón

Uno de mis cántaros aragoneses preferidos es el de Alhama de Aragón (Zaragoza).

Hace muchos años, mucho antes de que me aficionara a los barros aragoneses, en un viaje por Castilla compré un cántaro antiguo, que siempre tuve en casa y creí que era castellano. Tiempo después, y ya con mi afición por la alfarería de basto, un día descubrí el cántaro "castellano" en un rincón, y ¡oh, sorpresa!, me di cuenta de que era de Alhama de Aragón. No todos los días encuentras una joya en casa. Es el cántaro rojizo de la fig. 1, a la derecha.

Fig. 1. Cántaros de Alhama de Aragón, con distintas tonalidades
del barro: terroso, blanquecino-amarillento y teja. (Fuente: JD.)

El cántaro de
Alhama de Aragón no tiene nada, y es esa austeridad extrema precisamente lo que me gusta. Al parecer, se obraron cuatro tamaños: grande, mediano, pequeño y otro más pequeño aún. Unas líneas concéntricas incisas en el arranque del cuello distingue cada tamaño: una línea punteada para el grande, dos líneas concéntricas con una línea ondulada entre ambas para el mediano (son los cántaros de la fig. 1), dos líneas para el pequeño, y una sola línea para el más pequeño. Esa es toda la decoración.

Lo curioso es que el cántaro de Alhama no es obra de alfareros aragoneses. Según Álvaro Zamora (1980: 147), Juan Isla, alfarero de Tajueco (Soria), se estableció en Alhama de Aragón como cantarero a principios del siglo XX, aunque unos años después trabajaría para Pablo Muela, el tío Pabletes, ollero procedente de Tobed (Zaragoza), que se instaló en Alhama hacia 1919 (Álvaro Zamora, 1981: 11). Juan Isla abandonaría el oficio hacia 1928 y a él debemos el inicio de la canterería en Alhama.

De esta manera al iniciarse el segundo cuarto del siglo XX, Alhama tenía ya configuradas las que habrían de ser sus dos modalidades alfareras más importantes: la canterería y la ollería, procedentes ambas de alfares distintos, de Tajueco la primera y de Tobed la segunda (Álvaro Zamora, 1980: 147).

Fig. 2. Camino de la fuente en Alhama de Aragón (hacia 1970).
(Fuente: Seseña, 1997: 26.)

Es una lástima que no haya ningún estudio monográfico sobre la alfarería de Soria. Sospecho que Soria tuvo una actividad alfarera más destacada de lo que se supone (un dato: en 1925 trabajaban en Tajueco 42 alfareros; Azcárraga y Rodríguez-Limón, 1978), aparte de los importantes intercambios entre Soria y la zona oriental de la provincia de Zaragoza.

El cántaro de Alhama es de base ancha, como gustan en Aragón, lo que le confiere un aspecto rotundo. No hay peligro de tumbarlo aunque se le dé un golpe. El tamaño mediano, el más usual, como los cántaros de la fig. 1, tiene en torno a 38,5 cm de alto y 8 litros de capacidad. Por otra parte, guarda cierto aire de familia con los antiguos cántaros sorianos de Tajueco y Boós (figs. 3 y 4). 

Fig. 3. Cántaro antiguo (¿de barro negro?) de Tajueco (Soria).
(Fuente: Todocoleecion.)

Fig. 4. Cántaro de Boós (Soria).
(Fuente: Luis Porcuna -
Barros con alma.)

Por último: hay un detalle en el cántaro de Alhama que pasa desapercibido por todos y que nadie menciona, y es su gracia escondida: el asa descentrada, es decir, el pegado del asa descansa ligeramente a la izquierda del eje vertical (fig. 5). En lo más humilde hay arte.

Fig. 5. Asa descentrada del cántaro de
Alhama de Aragón. (Fuente: JD.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario