domingo, 26 de septiembre de 2021

Cabra de Mora y la comarca de Gúdar-Javalambre

Si te gustan los bosques interminables de pinos y recoger níscalos, te aconsejo recorrer la carretera que desde Cantavieja, capital del Maestrazgo turolense, atraviesa la sierra del Rayo (de nombre muy apropiado, pues es donde caen más rayos de la península, según la Aemet), hasta Linares de Mora, donde podrás reponer fuerzas en La Venta... Desde ahí puedes seguir hacia Mora de Rubielos, capital de la comarca de Gúdar-Javalambre. En esta comarca turolense dominada por la sierra de Gúdar hubo antaño varios centros alfareros, todos extinguidos hace décadas: además de Mora de Rubielos, Rubielos de Mora, Valbona, Cabra de Mora, y mucho más al sur Torrijas... 

Cabra de Mora es un pueblecito rodeado de montañas a 1.085 metros de altitud, en las estribaciones de la sierra de Gúdar. Situado en la confluencia de los ríos Valbona y Alcalá, tuvo su mayor esplendor en los siglos XVII-XVIII gracias a su industria textil, que aprovechó la abundancia de agua. Sin embargo, en el siglo XIX dicha industria había ya decaído según Pascual Madoz: "hay fábricas de bayetas y cordellates aunque en decadencia" (Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España, 1846, t. V, p. 50).

Fue también uno de los centros alfareros más importantes de la comarca junto con Rubielos de Mora. En Cabra se hizo tinajería, cantarería, ollería y tejería. El último alfarero de Cabra fue Eulalio Abad Pérez, cuyo padre, Santiago, realizó las últimas tinajas por urdido entre finales del siglo XIX y principios del XX (Romero y Cabasa, 2009: 356). Su hijo Eulalio abandonó la tinajería y la ollería para dedicarse a la cantarería y la tejería, retirándose hacia 1948 (Alcalá Zamora, 1980: 74). Las piezas de alfarería de Cabra de Mora son fáciles de distinguir por el pegado digitado de las asas.

Fig. 1. Cántaro grande de Cabra de Mora, 37,5 cm de alto. Siglo XIX. (Fuente: JD.)

El cántaro grande de Cabra de Mora de la fig. 1, al igual que la jarra de vino de la fig. 2, son excepcionales tanto por su presumible antigüedad como por su excelente conservación. El cántaro, datable en el siglo XIX, mide 37,5 cm de alto y tiene una capacidad exacta de 10 litros (es decir, un
cántaro). Es de aspecto robusto y pesado, de cuerpo ovoide panzudo. El cuello troncocónico es prolongación natural del cuerpo y remata en una boca moldurada. Las asas gruesas arrancan de la base del cuello, y ligeramente descentradas respecto del eje se asientan en el cuerpo con un pegado en disminución y tres profundas uñadas. Está reparado de antiguo con varias lañas en el cuello y un asa. Sin duda, denota ser obra de un alfarero con gran pericia.

Fig. 2. Jarra de vino de Montoro (Teruel), 22 cm de alto. (Fuente: JD.)

La jarra de vino, que en un principio atribuí a Cabra de Mora, me inclino ahora por atribuirla con más probabilidad a Montoro (Teruel), en el Maestrazgo, pues es muy similar a las jarras de la cofradía de San Pedro en Montoro, conservadas en el Museo del Maestrazgo (Cantavieja). Mide 22 cm de alto y tiene una capacidad de 2,2 litros. Es de cuerpo troncocónico, barnizada por dentro y parcialmente por fuera con un amplio mandil pardo-anaranjado que llega hasta la base. El asa es ancha y aplanada, con dos marcadas acanaladuras, adelgazándose hasta terminar en vértice, con dos digitaciones en el extremo. Está decorada con una línea incisa ondulada a la altura del pegado del asa. Por lo demás, recuerda las jarras y picheres de finales del siglo XIV y XV de Teruel.

Fig. 3. Algunas piezas de Cabra de Mora: al fondo, cántaro grande, medida de vino
y aceitera; al frente, jarra de vino (de Montoro) y botijo. (Fuente: JD.)

En la fig. 3 se muestran algunas piezas de Cabra de Mora. El botijo no es de estilo levantino (Álvaro Zamora, 1980: 76), sino más bien catalán, como delata el asa alineada con la boca y el pitorro. Ahora bien, la ancha base muestra el carácter típicamente aragonés de este singular botijo.

Mora de Rubielos, dominado por el imponente castillo, fue el centro alfarero más importante de la comarca. Al igual que en Cabra se hizo tinajería, cantarería, ollería y tejería, aunque la ollería "aparece como la más destacada" (Álvaro Zamora, 1980: 78). A finales del siglo XIX constaban (oficialmente) cuatro obradores, incrementándose a diez en 1901, para reducirse a solo tres en 1931 (Romero y Cabasa, 2009: 361). Los últimos alfareros de Mora fueron los hermanos Jaime y Manuel Edo Edo, que abandonaron el oficio hacia 1962 (Álvaro Zamora, 1980: 196).

Fig. 4. Cántaro de Mora de Rubielos, 33,5 cm de alto.
Primer tercio del s. XX. (Fuente: Monasterio
de Veruela, Zaragoza.)

El cántaro de Mora de Rubielos (fig. 4) es morfológicamente muy similar al de Cabra de Mora y Rubielos de Mora
(fig. 5). Díez (2005: 150) señala las características que lo diferencian del de Rubielos de Mora:

- El cuello del cántaro de Mora es troncocónico y diferenciado del cuerpo, mientras que el cuello del cántaro de Rubielos es recto y prolongación del cuerpo.

- En el cántaro de Mora las asas arrancan desde la base del cuello, mientras que en el de Rubielos arrancan desde casi la mitad del cuello.

Fig. 5. Cántaro de Rubielos de Mora, 40 cm de alto.
(Fuente: JD.)


En cuanto a
Rubielos de Mora,
incluido entre los pueblos más bonitos de España, a mediados del siglo XIX Pascual Madoz mencionaba la existencia de "algunas alfarerías" (Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España, 1849, t. XIII, p. 585). Pueyo Dolader (2003), en base a la documentación de archivos, ha rastreado la actividad alfarera en Rubielos desde mediados del siglo XVIII, y señala la existencia de por lo menos tres ollerías: una en el barrio del Plano y dos en el de las Ollerías.

Antes de la guerra había en Rubielos siete u ocho alfareros, los cuales excepto Esteban Pastor Edo y otros dos familiares, abandonaron con la guerra. El último alfarero fue Esteban Pastor Goicoa, hijo del mencionado antes, que dejó el oficio en 1976 (Álvaro Zamora, 1980: 196; Pueyo Dolader, 2003).

El cántaro de la fig. 5 es asimismo excepcional y lo atribuyo a Rubielos de Mora. Mide 40 cm de alto y tiene una capacidad de 8,6 litros, que se correspondería con el cántaro que allí llamaban mediano (Álvaro Zamora, 1980: 79; Pueyo Dolader, 2003: 30), mientras que el cántaro grande tenía una capacidad de 12 litros y el pequeño de 5 litros. Es de cuerpo ovoide estilizado, cuello recto y tiene un pequeño repié, característico del cántaro de Rubielos. Obsérvense los grandes chorretones de barniz, escurrido de las piezas de ollería colocadas en los pisos superiores dentro del horno, pues en los alfares de Gúdar-Javalambre se cocía la cantarería junto con la ollería.

Sobre Rubielos de Mora es indispensable la monografía de Olga Pueyo Dolader, La alfarería de Rubielos de Mora (2003).

Fig. 6. Cántaro grande atribuido a Valbona,
41,5 cm de alto. (Fuente: JD.)


Valbona
está apenas a 6 kilómetros de Mora de Rubielos, y al igual que en los alfares ya vistos se obró canterería, ollería y tejería, aunque Pascual Madoz (Diccionario geográfico...,  1849) no menciona ninguna actividad alfarera en el municipio. Efectivamente, no parece que en Valbona hubiera la misma tradición alfarera que en otros centros alfareros de la comarca, a pesar de existir en la población una calle Ollerías en la que aún se ven los restos de un alfar (Abad, 2018). Díez (2005 y 2008) no incluye a Valbona en su obra. Según Álvaro Zamora (1980: 196), el último alfarero de Valbona fue Joaquín Bolos Martín, el cual aprendió el oficio en Mora de Rubielos y "dejó su trabajo bastante antes de la guerra".

El cántaro de Valbona es muy similar a los anteriores: cuerpo ovoide —que recuerda al cántaro de Huesa del Común— y cuello troncocónico, prolongación del cuerpo. El de la fig. 6 es el llamado grande, mide 41,5 cm de alto y tiene una capacidad exacta de 12 litros. Hay que reconocer la pericia de los alfareros en acertar con la capacidad exacta, tanto es así que esos cántaros solían utilizarse como medida.

Según testimonio de un nieto de Joaquín Bolos, los cántaros de Valbona eran de color más claro (rosado) que los de Mora de Rubielos (Abad, 2018: 7), y quizá sea esa la única diferencia entre los cántaros de Valbona y Mora de Rubielos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario