Hace tiempo que deseaba escribir un post sobre la alfarería tradicional francesa, tan distinta a la peninsular. Si la alfareria española es mediterránea y en ella destacan las vasijas para el agua, el vino y el aceite (cántaros, botijas, tinajas, aceiteras...), la poterie tradicional francesa es septentrional y en ella sobresalen los recipientes para la conservación de alimentos (pots à graisse, saloirs, jarres...), sin olvidar los cántaros para el aceite de nuez, tan comunes en los siglos XVIII-XIX en la Francia central.
En la fig. 1 se muestran algunas piezas de la alfarería tradicional francesa. A la izquierda de la fotografía, la gran jarra de aceite de nuez (pichet à huile de noix), de 41 cm de alto, procede de Ardèche, en la región de Auvergne-Rhône-Alpes, y puede datarse entre finales del siglo XVIII y principios del XIX. El cuerpo de la jarra está decorado con nervaduras longitudinales, y la parte frontal superior va cubierta con un tosco mandil en óxido de cobre sobre engobe pardo. El asa, opuesta al pico vertedor, es ancha y con una marcada acanaladura central.
El aceite de nuez fue y es ampliamente utilizado en gran parte de Francia para usos culinarios, y en especial para el aliño de ensaladas. También hasta el siglo XIX se utilizó como combustible en las lámparas de aceite para el alumbrado.
En este sentido, una de las piezas más notables de la alfarería de la Francia central son los cántaros de aceite de nuez (cruches à huile de noix), por lo general datables en los siglos XVIII y XIX, con hasta cuatro asas y provistos de un aparatoso pitorro (bec). "Les cruches à huile font aujourd'hui partie de l'art populaire et sont les témoins matériels d'un artisanat totalement disparu" (Aux Rois Louis). Las figs. 2 a 6 muestran algunos cántaros de aceite de nuez de distintas procedencias.
Siguiendo con la fig. 1, en el centro se muestra una aceitera (toulon à huile) en gres de Puisaye, comarca al sureste de París famosa por su alfarería de gres. Mide 27 cm de alto y está barnizada parcialmente con óxido de cobre. Detrás de ella asoma una jarra-medida (pinte) también de Puisaye y una capacidad de 4,5 pintes (una pinte es una antigua unidad francesa de volumen que equivale a 0,952 litros).
La antigua poterie de gres de Puisaye tuvo su auge en los siglos XVIII-XIX y posee un atractivo especial. Explica la web del Musée du Grès de Saint-Amand-en-Puisaye:
C'est probablement au cours du XVe siècle qu'apparaît en Puisaye la poterie de grès, qui vient remplacer progressivement une production de terre cuite vernissée plus ancienne. Cette implantation se justifie par la présence de gisements d'une argile spécifique supportant les très hautes températures nécessaires au grèsage (vitrification dans la masse, vers 1250-1300°, qui permet de donner à la pièce solidité et imperméabilité). L'abondance de combustible (forêts) a également favorisé son établissement.
El gres de Puisaye tiene una gran dureza, no se desgasta con el uso y es impermeable, de ahí que se utilice para contener toda clase de líquidos, en especial aceite, o bien adobos, salazones y conservas. Sin embargo el gres se ve afectado por los cambios bruscos de temperatura y por ello no se emplea para la confección de utensilios de cocina para el fuego.
En Puisaye la cerámica de gres se obtiene mediante la cocción a alta temperatura en hornos horizontales (couchés), que funden la arcilla rica en sílice y la convierten en una pasta vitrificada. La cochura dura en torno a 4 o 5 días, más una semana de lento enfriamiento del horno tras lo cual se procede al desenhornado (Poulet, 2000).
Las figs. 7 a 9 muestran diversas piezas de gres de la comarca de Puisaye (Saint-Amand-en-Puisaye, La Borne...) atribuibles al siglo XIX.
El recipiente de la derecha en la fig. 1 es una chevrette de Castelnaudary (o Castèlnòu d'Arri en occitano), en el Languedoc. Mide 28 cm de alto, barnizada en amarillo en su tercio superior, y data del siglo XIX. Se utilizaba para sacar agua del pozo y por medio del pitorro beber a chorro (à la régalade en francés, a galet en catalán). La chevrette es el equivalente del poal catalán.
Cántaros (cruches) similares, con la misma función y de distintas formas y tamaños fueron usados en todo el sur de Francia: dourne, para llevar sobre la cabeza, similar a la pedarra vasca; orjol, similar al doll del Alt Empordà catalán; plongeon, de gran tamaño con una o dos asas y pico vertedor; gargoulette, equivalente del càntir (botijo) catalán... (El cántaro pirenaico, 2019). Al igual que en Cataluña, estos cántaros se utilizaron hasta finales del siglo XIX en que el agua de los pozos dejó de ser potable debido a la contaminación de las aguas freáticas, a causa del uso intensivo de productos químicos en la agricultura.
La alfarería tradicional francesa, es decir, la de nuestros bisabuelos, es inabarcable. Espero que esta mínima excursión te haya gustado.












